Anomia en las universidades.

 El procedimiento más eficaz desde el punto de vista técnico, sea legítimo o no, para la cultura, se convierte en el preferido por antonomasia para la conducta institucionalmente prescrita. Si este proceso de atenuación continúa, la sociedad se hace inestable y se produce lo que Durkheim llamó anomia (o falta de norma). (Merton, R. 1984: 213).

A partir de la cita superior podemos guiar nuestra reflexión con base en múltiples noticias, informes, etc., incluso con nuestro propia experiencia. El sector en el que elegí fijar mi atención es el de las universidades; sabemos que en ellas  se producen una gran cantidad de faltas, aún a pesar de todas las normas que existen, los medios para conseguir el éxito son a veces completamente diferentes. 

Pongamos por caso, los exámenes y las evaluaciones en general, en muchas ocasiones se pretende la trampa, a pesar de que está proscrita, el medio ilegítimo se ha vuelto costumbre a tal nivel, que suponemos que todos hemos hecho trampa en los exámenes alguna vez. Cuando alguien no lo hace y pretende ir por el camino culturalmente prescrito, entonces se le tacha de tonto, de no saber aprovechar las oportunidades.

Todavía con respecto a la evaluaciones, en ocasiones se recurre no a la trampa, sino a la corrupción; se pretende hacer una "donación" a los profesores de tal modo que ellos tengan la "obligación" para con el estudiante que la ha hecho de colocar una buena nota. Este problema de la corrupción es generalizado, a tal grado se ha llegado que con frecuencia se ponen ejemplos, se juega con ellos, etc., incluso se ha acuñado el refrán "con dinero baila el perro". 

De la misma forma existen otras muchas situaciones que podríamos considerar anómicas, por ejemplo, la realidad de a equidad de género con respecto a las normas institucionales, la nula aplicación del reglamento a los actos que claramente están proscritos en él, como en el caso de la venta y consumo de drogas, etc.

Se podría seguir examinando la anomia en las universidades, pero me parece que es adecuado concluir mi análisis aquí. No sin antes decir que esta anomia puede ser erradicada y debe de serlo si queremos ser una sociedad de leyes, que respete el estado de derecho, como tanto se enorgullecen los gobiernos y las universidades.


Fuentes:

Merton, Robert K.  (1984). Teoría y estructura social. FCE: México.

Hicks, Bill. (abril de 2017). El país en el que los estudiantes pasaban todos los exámenes haciendo trampa y qué pasó cuando les impidieron hacerlo. BBC Mundo. Disponible en https://www.bbc.com/mundo/noticias-39456308 

Comentarios

  1. Me gustaría hacer un comentario. Concuerdo completamente en la observación de la Alomia (tal como Durkheim la describe), sin embargo me gustaría ir mas al génesis del problema, considero que esta costumbre de pasar a como de lugar una materia mucho tiene que ver con la aspiración de prestigio o aceptación por parte de un grupo (académico, familiar, quizá el fenómeno sea de índole personal [ego]), sin embargo habrá que analizar el medio en que se desenvuelve el individuo, es decir la estructura social de la cual proviene y las variantes en sus concepciones de aquello que se llaman valores. Con todo y eso también tiene que ver el lugar donde dicha Anomia se da, es decir para muchos puede ser prestigio (y no le observan trampa o acto inadecuado [porque se ha normalizado]), y para otros puede ser una actitud reprobable porque pertenecen a otra esfera donde los actos son calificados de otra manera. Seria interesante (insisto) investigar el génesis de esas actitudes.

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